Llegó el día, el instante perfecto,
ahora recorre tu semblante
la caricia suave del destino.
Ahora tus anhelos de la infancia
provocan inspiraciones que endulzan el alma.
Ilusiones de niña,
edificadas en una senda multicolor,
será el horizonte que define sentimientos de mujer.
Cuando tu sonrisa ilumina los desvelos,
cuando tu mirada fulmina venturosa la tristeza del silencio,
es el momento perfecto para darle vida a tus sueños
sin miedos, sin reproches…
Y cuando el amor que vive en tu alma sufra engaños
no permitas que se derrumbe,
no permitas que ese dolor se quede en ti.
Cuando sientas que esas lágrimas aminoran tus fuerzas,
recuerda cuando niña, sabías que no existen barreras,
recuerda cuando niña, sentías que todo se puede lograr;
pues, la vida es así, un esfuerzo constante,
una lucha diaria que derriba esos muros invisibles
que por hastío se van forjando.
Hoy la decisión en tuya,
porque nada evitará recordar
que la lluvia arrulló tu suspiro en primavera,
porque nada te hará mas feliz
que conseguir cada uno de tus anhelos,
porque sabes que nada es inalcanzable.
Tan solo te queda bendecir la dicha
que abriga tu semblante,
tan solo te queda confesar
que no habrá similitud en cada despertar,
tan solo queda convencerte
que la vida es felicidad.