Tu filosofía es intratable
insoportable y tan agradable
me llenas con alegrías de días
y con tristezas despreciables.
Te aprecio y desprecio
y no te culpo
pues yo aveces no aprecio
que no me envíes al sepulcro.
Oh vida, te he escrito esto tan escaso
no te pido que lo leas ni lo entiendas.
En el llano del ocaso me perderé
no me busques ni me atiendas
ya que tú laberinto me es perfecto
para perderme en ti y nunca salir de ti.