Ahí estás, niñez, no te escondas,
presente en la telaraña
hecha de seda, nardos y sisales
que conforman el hilo
que desenvuelve mi Vida…
En mis silencios, en mis palabras,
en mi encierro y silencio.
Y en el vacío
inesperados de mis ojos,
En las máscaras
que con trabajo fabrico.
En las sombras tenues
y desfiguradas
de mis cuatro hermanos,
en las risas, en los juegos,
perdidos entre tinieblas,
que no comprendo.
Estás.
En mis lágrimas sin razón,
y en el estigma brutal
que dejo en herencia..
En la mirada llena de incógnitas
que en vos, hijo, yo sólo comprendo.
(En tus lágrimas, sin razón,
que también me pertenecen)...
En los abrazos y besos que necesitas…
( que yo también pedí
y no me fueron dados)
En la flor ya marchita
que cerró una vida
y que en un libro de Borges,
guardo escondida…
Estás.
En el paso tembloroso
y el semblante sabio
del hombre que me dio su sangre
y su entender de Vida..
(A vos, papá, te miro y te comprendo…
llegué a los cuarenta,
y no sé si todavía,
estoy a tiempo…
Podés mirarme a los ojos
Y oír mi voz y sentimientos?
No creo que ya importen
las palabras…
Susúrrame naderías
con tu voz algo perdida, tan mansa
y amable
yo ya entiendo..
Niñez, te he desmadejado,
deja ya de jugar morbosamente..
Estás aquí…
Vives en las galerías espejadas
de mi mente,
Y en cada patio colorado,
en el perfume único de mi limonero,
y en la gloria triste de mi higuera infértil
Niñez… allí también estas,
Te percibo, te presiento…
En la mirada celeste y hundida
de un pobre hombre-niño..
en su mundo sin color,
desafinado,
sin destino,
en su terror, en su tormento…
A vos Luis,
también dentro de mí, te encuentro…
Niñez, no puedes disfrazarte
de inocencia…
Niñez no eres pura,
no eres un cuento de hadas..
Ya te he desmadejado,
y casi no importa…
A pesar de todo,
estás hecha de Viento…