El hombre huye de sus pasos
Dulce antología hasta la muerte
¿Es qué acaso no comprende
cuanto lo ama la tierra?
Te invito a soltar las manos de la ronda
y caer golpeando el piso por ser necio,
porque el hombre paga por ver el mundo
el precio amargo del desamparo.
Suelta la ronda y su inercia grave:
trastabilla, rueda y cae
El dolor es vida. Hoy quiero que vivas
como yo cuando puedo hablarte
y vivo en tí por un momento.