Me duele te vayas,, me duele perderte,
tu amor me consume, me tiene vencido,
quisiera por siempre dejar de quererte,
contigo el destino parece perdido.
Soñaba adorarte, pensaba en tenerte,
y todo mi anhelo se vuelve cenizas,
llegaste a mi vida dejándola inerte,
llenándome el alma de piedras calizas.
Tu fuiste mi estrella radiante y preciosa
que llena de gracia me daba su luz,
tu suave fragancia, tu aroma de rosa,
me dio su perfume que fue mi trasluz.
Divina y triunfante, tu bella figura
de Venus de Milo, mi ser invadió,
tus labios de fuego me dieron dulzura
que mágicamente mi orgullo venció
Tu boca jugosa de diva de oriente
tenía la esencia de rojo clavel,
tu piel tan sedosa, sensual, tan ardiente,
servía a mi lecho de bello dosel.
Crisálida fuiste que vuela de pronto
y nunca regresa de nuevo a su lar,
y mientras tan triste mi pena confronto
me quedo soñando volverte a encontrar.
Autor: Aníbal Rodríguez.