Hoy volveré a casa sin pensarte;
Sin evocarte más que al pasar
Frente a algún pórtico con pasto recién cortado
Y un gato auscultando la noche.
Sin nombrarte más que en alguna costumbre de las que el futuro nos irá destiñendo.
Pensaré que no te pienso,
Como quien se abstiene del primer bocado que invocaría al hambre.
Pensaré que no te pienso para refugiarme en tu ausencia y en vos poder
Llorar (aunque sea un poco)
Cada beso que no nos damos.
Pensaré que no te pienso para desterrar el remordimiento
De entreverte en otros ojos, otra piel, otro deseo.
Y arrebatarme de mí, sortija de carrusel de mis esperas.
Pensaré que no te pienso, como se piensa a una jirafa de humo gris
O a la tímida y socarrona sonrisa de una prostituta.
Pensaré que no te pienso para que me duela hasta la última gota
De cada uno de los minutos en que te pensé sin pensarte.
Pensaré que no te pienso para amarte un poco más de verdad,
Ya sin treguas, sin excusas, sin cuentagotas.
Pensaré que no te pienso
Para no dejar de pensarte.