Tallado, en la desventura del cronómetro.
Mutilado en la ausencia del ruido.
Querido por gaviotas negras que me arrastraban a lo profundo.
El tiempo...
Fantasma y moribundo, mitad delirio en la noche, espectro insonoro; una latitud sin sentido.
Perdido...
Una vez mas, claustro profundo que no se detiene y me detiene.
Soñador de fatiga inagotable, demente a ratos.
Intolerante...
Yo me abro el camino hacia el vertiginoso abismo de la nada.
Cerebros que postulan calamidades enquistadas.
Promesas...?
Y una mierda!!
Mentira!!
Nacer... luego morir.
Imprimir malditas canciones que anidan en el pensamiento, caminos abyectos, la inquietud de almohada, una vida rasgada, soberbia la palabra que siempre miente.
Tu vida?
Pues anda que importa bastante!!
Eran gaviotas negras que volaban muy lentamente como si la mar fuese un féretro gigante.
Sueña... si la vida es sueño.
Jajaja.. sueña sobre tu descuento y agoniza cada segundo en la llamarada del misterio.
Ríe! O llora! O fustígate impotente
que la lluvia siempre cala
y arrecia deborante el tiempo.
Sobre mi cuerpo, un universo gigante sin nada.
Sobre mi alma, la cicatriz de lo adverso.
Sobre mis labios, palabras escapadas.
Por el silencio, una voz que me hablaba,
que sin figura me reprochaba.
El tiempo...?
Perdido en una galaxia de creencias y navajas.
Robado por la insensatez de creerme eterno.
Eran gaviotas negras que sólo voleteaban mi cielo.