A veces, noto que el silencio grita
y más que mil palabras nos expresa…
La esencia de un amor es infinita,
como infinita puede ser la tristeza.
¿Qué pienso? ¡En ti! Siempre en ti.
Mi sentir en ningún espacio muere,
aprendió a renacer cada día en mí,
aunque tu ausencia igual me hiere.
En mil alboradas él allí sobrevive…
y yo soy como tú, muy impaciente.
Ya lo ves… hoy mi mano te escribe
y en mi alma todo por ti se siente.
Tal vez veamos la misma estrella…
y a ambos nos diga cosas parecidas.
¿Sabes? Es buena confidente ella
y sé que me contará si me olvidas.
Mira bien mis ojos y nunca creas
que es real el silencio de mi parte.
Te juro que te diré cuando me veas,
que yo sólo he vivido para amarte.
Deja que en tu alma me filtre hoy,
y ahí escucharás mi voz susurrando,
que al amarte tengo esencia, ¡soy!
y tus huellas todas estoy besando.
No hay silencio… las almas gritan,
aunque calladas quizá nos luzcan.
Sólo escucha corazones que palpitan
y tus labios y los míos… que se buscan.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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