Como un tatuaje grabado con fuego en el alma, sin oponer resistencia,
como la huella que deja la gota que la roca horada, sin prisa pero con persistencia,
como el sendero que a su paso, en la montaña deja el caminante al andar,
como la estela que las ruedas de la carreta dejan en el camino al pasar.
Como la tinta que el poema en el pergamino escribío,
como la vez primera que el ave a los cielos se remontó,
como la marca que tu cálido beso, en mi mejilla dejó,
como el calor que tu mano a mi mano impregnó, cuando la rozó.
Así eres tú en mi vida mujer... Indeleble.