Revuelto ponto ataja el nao a greda casta;
paño santo efluvio abotarga del siroco
do hora mágica en luto mascara su ser.
Moisés va y viene. Huye, y entra todo a poco,
álveo aferra brazos y pide seno oco.
Un fanal despunta y jarana brilla al fin;
patria tierna hacienda augura, fértil promesa
romeros luce en cuna novel cual sifón
en piélago asola vuestro puerto Condesa,
y el ponto sube y baja, so severo en Cresa.
Bermeja tierra; ¡Oh, ha quedado rubí
tu sombra, manos, y alma; ruines, ay, sacrílegas!
A la cruz amante puro, breva de ser
punto de perdones, santo de aquellas velas…
¿Qué da más riquezas, que un pueblo en frías celdas?