Todo ha dejado un poco de tu esencia
al igual que los árboles se deshojan tus besos
y la fruta madura recorre tu cintura
la hierba reverdece (aunque es triste el paisaje)
ya no miro las huellas
que dejaste a tu paso
ni aquella remembranza de una tarde lluviosa
por eso no me extraña decir
que me has dejado un poco de tu esencia
de la rosa del sexo que se entreabría en mi mano
ni el aroma callado de tu seno dormido.
Y para ti qué es una tarde sin brisa
o la hojarasca extraña –donde no estuvo el árbol-
No hay evidencia entonces ¿quizás?
¿O sí la hubo…?
dejo en el pistilo de tu muslo marchito
el desgaje de tu amor (que fue mío)
Por eso en el ramaje se marchita el recuerdo
mientras florece entonces
un último reencuentro.