Soy dichoso, no lo niego
Con tan honesta amistad,
Con el sólo disfrutar
Que son amigos sinceros;
Que sus juicios son ajenos
A ese ritmo, cuántas van;
A esa rima que quizá
Sea un vano devaneo;
Pero tanto yo los quiero,
Que mi mundo es ideal,
Sin rencores ni recelos,
Que yo olvidarlos, jamás;
Son el tesoro supremo:
Opus, iustitiae et pax...