Al océano de la mente,
el secreto de tus piernas,
divino néctar ardiente,
sus quemadas son eternas.
Solos, en las noches frías,
el búho, ululando un ruego,
sin unión, almas vacías,
en tu ausencia, mar navego.
Sueños cuando me despierto,
son tus besos, con la vida,
el jardín de tu desierto,
botón en flor, no se olvida.
Tan cerca, el día que vengas,
tan lejos como estás ahora,
se amarán, también, las lenguas,
veré en tus ojos, la aurora.
El poeta del amor. 26-12-16.
Cabo San Lucas, BCS. México.