Vous connaissez mon amour et vous savez que mon amour est pour toujours.
Me niego a hablar de la palabra nunca
pues prefiero redimirme con un siempre,
este amor no es un río que se trunca...
más allá de tenerte o no tenerte.
Aquel abril te vi por vez primera
y así te amé, sin motivo aparente…
El corazón presiente cuando llega
el amor que nidifica su simiente.
Supliqué tantas veces olvidarte,
pedí a Dios que te arrancase de mi pecho,
Pero debo aceptar lo que es un hecho…
pues ya entendí que siempre voy a amarte.
Conociendo tus virtudes y defectos,
tus anhelos y también tus infortunios...
Sin dejar de admirar los dones tuyos,
me encanta lo que tienes de imperfecto.
En la noche de la fría cordillera
las dríadas te hospedan y seducen.
En el fondo ninguna tu alma llena,
aunque destellen sus tesoros y sus luces.
Complicidad que llega inevitable,
al intercambiar sutiles las miradas
y mi corazón cual corcel implacable,
me hace sentir rubor de colegiala.
Te pienso..., te pienso y tú lo sabes,
aunque hay cosas que es mejor jamás afloren,
Es prudencia o cobardía el ocultarlas
cuando suelen ser prohibidas las pasiones.
Y así mientras te miro, enamorada,
desliza el viento un invisible lazo
y mis ojos se encienden de alborada,
mientras sueño amanecer entre tus brazos.