Distraído e inevitable me encuentra
En el reflejo mañoso de algún vidrio
En el antojo perdido de la firmeza de mis manos
Y un par de excusas serán suficientes
Para seguir en esto que llaman vida
Ya que Acercarse a la verdad es envejecer un poco
Por qué toda vejez es prematura
Es manejar el arte de lo obsoleto
Y la incomodidad del tiempo
Surcos grabados de lágrimas
Mapas azulados y violáceos
mañanas húmedas y silenciosas
Que aún retienen la ambición de los huesos
Y Seré más mañoso que soñador, tal vez
Más pensativo que enérgico
Me equivocare menos pero pesará más
Ya que la juventud es esperar q pase algo
Y la vejez es esperar que no pase nada