El día y la noche
-pobres-
Se me han perdido hoy.
Mi sed, tejido frágil,
se ha extraviado traspasada
de instantáneas distancias.
¡Ah cielo, tú que duermes
perdido en la mitad
sin fin del corazón!
Tú que me hieres sin descanso
desmedido de azul.
¡júntanos cielo!
Tú que nunca duermes,
tú que no te detienes
en los puentes del alma.
¡Ah, cielo sin descanso!