Busco el color de las formas
de este país tan desgastado,
de este gobierno tan maltrecho,
no es de una década de hecho
esto ya tiene largos años,
entre la incertidumbre de todo ciudadano
la mira de un tierno infante
que no logra entender el rebumbio infame,
entre tanta inseguridad,
entre tanta violencia,
el gran impacto que hablan sus padres
apenas lo entiende.
Un panorama incierto
una ciudad cansada y enfurecida,
una sociedad deprimente
que se vuelve vandálica,
robando y saqueando cual buitres,
con el calor intenso de un hartazgo.
Una bandera rota
un himno sin camino,
hogares sin principios morales
¡himnos que hablan de guerra y de sangre!
de tambores y soldados.
Mira en el rostro de su padre…
que las cosas vuelven a ser como en un principio
el malestar de alma, en esa alma vacía
con historia sin fin,
busca el nombre de una heroína
que defiende a su patria,
y eso… solo lo puede hacer su madre tierra,
aquella que es sembrada con ahínco,
y que pide exaltar su máximo esfuerzo,
divaga y piensa lo que la patria le depara.
Un largo vacío, inmenso …
que hace sensible sus pies yertos
por el injusto gobierno,
¿Pero por qué debería preocuparse un niño?
¿Por qué buscar en el fondo del abismo
el camino correcto?
pero surgen las angustias de su madre,
con su cabeza que ya empieza a brillar sus luces blancas, una madre que piensa,
¡¡¡Qué mundo heredará a su hijo!!!
en el fondo del abismo económico, social y político,
en el que se sumergirán las nuevas generaciones
¡el pequeño! solo desnudo ante la noche,
se asombra del cielo estrellado
que le anuncia que algo malo se aproxima,
le salen alas de la imaginación y vuela,
para acallar esos vagos y fuertes disturbios
que le asustan y estremecen.
El mar que le proporciona el oro negro
está furioso, se siente intranquilo
de que hurten y aniquilen su riqueza,
el niño, no solo mira al cielo, a su corta edad, medita,
porque tiene miedo
de que una guerra física se aproxima,
causando en su sueño desconcierto,
escucha rumores de asaltos
y manifestaciones violentas,
cerca, lejos, coches varados, choferes indignados,
desea encender la tele y ver su película favorita,
pero al encenderla,
solo noticias de lo que está pasando.
Todos los Países confrontan tarde o temprano
la culpa de un pasado,
el niño toca su cabeza
asomándose a su boca un bostezo,
necesita dormir…
es demasiado pequeño para preocuparse
de los malos arreglos de los adultos,
se acerca a su cuarto y escucha un cuchicheo…
son sus padres palabreando.
“No habíamos vivido nada similar
desde la Revolución Mexicana,
prodiga con atrocidades, ejecuciones,
masacres, secuestros, asaltos, saqueos y extorciones”
baja su rostro, se dirige hacia su cuarto,
siente que las noches le abruman
¡Tiene escasos diez años!
Le extraña ese clamor ruidoso
siente que su espalda carga algo muy pesado,
se asombra de lo que deliberadamente escucha
y sufre por su familia,
sobre sus lomos brotan vertiginosas alas
que reclama el viento,
quiere no estar más en esta tierra.
Así, que frota sus alas,
para anunciar que volará muy alto,
no quiere mirar donde terminará todo eso
¡Ese niño hermoso! ¡Ese niño tierno!
con tristeza y nostalgia
ya se encuentra en la espesura de su cielo,
buscando un ejército que venga a poner orden,
Antes …
Que vea una catástrofe que acabe con ellos.
Ivón Arce García.