Pretendiendo olvidar mi antigua vida,
pude hallar en tu ojos el sincero
y alegre relumbrar de azul lucero,
que dejó mi conducta convertida.
Tu augusta seriedad se vio perdida
al sentir mi mensaje en el estero;
mi palabra movió tu cuerpo entero
al contacto de magia indefinida.
¡Qué sublime y feliz fue aquel instante!,
las canciones, la luna, tu silueta;
todo fue una experiencia fascinante.
Convirtiendo tu faz en bella meta,
me lancé hacia los astros, arrogante;
transformado en filósofo y poeta.