Transparente se vuelve,
la piel que nos envuelve.
A su través, el mundo.
Como pasa la idea,
a través de la nada.
Y todo se detiene.
Se acelera el reloj.
Veloz el tiempo avanza.
Se derrama la vida.
Rebosan las palabras.
Flácidos van cayendo,
los flecos que la abrazan.
Va abduciendo el aliento.
La silenciosa calma.
Graves pasos que aprietan,
en la tierra soñada.
Lenta llega la noche.
A veces, se apresura.
Como se aleja el ave,
por el viento empujada.
En la gris espesura,
algo nace y se apaga.
Dulce nota de aire,
que se asoma embrujada.
De la mano se une,
a sus vivas hermanas.
Un torrente las lleva,
para llenar el alma.
Corazón que se ríe.
La sonrisa aniñada,
de sus perfectos labios.
En la sangre se baña,
con perfumes de plata.
De fresas adornado.
Con latidos nos habla.
Alumbra el sol el pelo,
que hirsuto se desploma.
Y guedejas de nieve,
en sus sienes colgadas.
Una idea se forma,
en sus ojos de bruma.
En su sabia mirada.
En los rescoldos quedan,
las sufridas batallas.
Y los olores vuelven.
Tal vez,
también mañana.
A.L.
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