Soy el hombre pájaro,
aunque no logré el peñasco solitario
desde la isla encantada.
Desafié los tiburones mientras iba
luchando contra las corrientes.
Aceché las hurañas aves marinas
y alcancé para mí su primer huevo.
Fui uno de los antiguos moai
que despertaron sobre la roca basáltica;
estuve con ella perdido en el océano.
Llegué con los polinesios desde el sudeste asiático
al mando de una de sus piraguas dobles.
En aquella isla realizamos una escala
taladrando y puliendo nuestros dioses.
Luego seguimos a Perú,
donde nos establecimos,
y al resto de América del Sur.
Como ven, soy el hombre pájaro
que ha sobrevivido a todos los cataclismos.
Ahora vivo en Orongo, mi poblado,
y cada año, en pleno invierno,
hago la travesía
desde la isla encantada hasta el peñasco solitario.