Desde niña yo soñaba
como en toda historieta
la maravillosa llegada
del príncipe con su belleza.
Pero el tiempo muy tirano
demoró esa proeza
solo trajo una persona
muy modesta y sin riqueza.
Poco a poco fuí conociendo
su verdadero tesoro
alegría, compañerismo
y un corazón de oro.
Me sacó de mi letargo,
me enseñó cosas sencillas
llenó mi vida de sueños
y también de poesías.
Y hoy despues de tanto tiempo
de compartir nuestras vidas
tengo todo lo soñado
hijos, sueños y alegrías
y hasta el príncipe valiente
que siempre guió mi vida.
NB