Tercer lamento.
Me aferró a los átomos recién nacidos,
Lloro junto a ellos, me extingo junto a ellos
De mi boca solo salen cenizas ardientes que ya no se puedes apagar.
Es un tormento dormir sabiendo que no sé nada,
Es un tormento despertar viendo que no veo nada.
Viví ayer por un momento, morí hoy eternamente.
Me arrodillé ante tus ojos implorando tu perdón,
Me miraron y me abrazaron telepáticamente.
El amor tiene sabor a labios rotos y besos perdidos
Ofendí tu corazón innumerables veces,
Tu silencio acosaba a los segundos que a los lejos nos miraban perpetuos.
Y el tiempo se nos escurría por las mejillas,
Desvanecían los gritos que jamás grité,
Pero no las palabras que siempre te dije.