Verano Brisas

LA RUTA DEL TIEMPO

Las costas del Gran Océano y el interior del país

están comunicados por la ruta

que serpentea indolente sobre las montañas,

entre el paisaje onírico, centelleante y vegetal.

 

Jalonada por meandros

de grandes y pequeños ríos

sigue su dirección hacia las costas contrarias

al otro lado del mundo.

 

Conoce las atersadas planicies,

oasis y espejismos que afirman

la flagrante diversidad de los sueños.

 

Pasó junto a ciudades desfiguradas

por la incursión de bárbaras generaciones

o perforadas por viejos arqueólogos

prostáticos y obsesos.

Tropezó con murallas antiquísimas

donde un día sonaron las trompetas invasoras.

 

Fue guía de guerreros

que horadaron con sus flechas

las tórridas llanuras,

brújula de conquistadores alevosos,

de humildes mujeres, cortesanas y princesas,

esperanza de reyes cuyos cetros

avergonzaron al Sol.

 

Las costas del Gran Océano y el interior del país

seguirán como hasta hoy

comunicados por la ruta que serpentea indolente

sobre las montañas, entre el paisaje onírico,

centelleante y vegetal,

jalonada por meandros de numerosos ríos

hacia las costas contrarias

que saborean los siglos al otro lado del mundo.