Encima, un martes ya sin su mañana
Como olvidar aquel que nos trae recuerdos
Del mal entre la distinción y luz crítica
Nos movemos inconstantes y dispuestos
A modificar las leyes inscritas en la carne
Ponderado lo que suspira frente a lo que late
Entregar la antigua regla de valores al fuego
Lo que corresponde hoy llueve sueños y pesares
En cada viajero silente ensimismado de frío y gris
Alguno teme acaso alguno habrá de temer
Que el cielo hoy no celeste se caiga y lo envuelva
En la imagen de la cual no habrá de volver
¿Alguno teme acaso alguno habrá de temer?
Otro cree prever que el cielo no es sino su propia tierra
Y cada gota es una llama de fuego elevada hacia lo bajo
Por algún humo contrario y celestial, ya quisiera ser
Carne todo ese sueño en lo alto, elevado
Por su impropio peso dejarse caer, venir a menos
O ser, como el día que pensamos sin saberlo y sin fin
Se nos hubo de caer el cielo otra vez el cielo celeste o gris