Carlos Eduardo

D I F Í C I L

 

¿Por qué para el hombre le es todo difícil?

 

Desde lo más simple a lo más complejo

lo abate y luxa;

su musculatura débil,

inteligencia limitada,

estructura feble,

desnudo, ambicioso, codicioso, ...

 

Una rata sin cola,

un murciélago sin alas,

elefante sin trompa.

 

Rastrero, reptil y jabonoso;

ninguno se salva;

entre más bondad aparenta

más maldad esconde.

 

Y tan cantor,
engaña,
pues representa a los demás este esperpento.

Y engreído el ruin.

 

Obligado a construir muros, murallas, fronteras;

armarse, militarizarse, acobardarse;

prostituirse, lucrarse, fliparse.

 

Y la TIERRA es el cielo.

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LOS HIPOPÓTAMOS  no

 

SON AMIGOS DE

 

LOS COCODRILOS

 

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Permítame abrazarla,

sienta el olor de la rosa de mi ojal;

se la regalo con afecto

por lo que usted inspira.

 

No es que sea tan solo hermosa,

sino que su palidez y delgadez

muestran los signos de su pronta partida.

 

Dichosa debe estar,

yo lo sé,

tal vivió las vicisitudes;

no es necesario que se exprese,

porque con sus palabras

rompería sus expectativas

y se alejaría del devenir.

 

Le solicito, amablemente que,

continúe con su blanca investidura

cercana al final.

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