Mátame de una manera que duela menos
que esta agonía y haz de mi cuerpo polvo,
y arrójalo a los fríos vientos de febrero.
Dame la libertad que busca mi energía,
libérame del tormento no deseado,
si nacer es privilegio, dime que mínimo
¡algo tiene de bueno!.
Dale la paz que mi alma desea, ella sufre
y solo desea libertad de andar, no la reprimas
en un contenedor frío y hueco, que solo
la condena más y más.
Devuélveme a la tierra, donde me voy a cultivar
con seres libres, libres de mi realidad.
Libérame de las heridas, aquellas que
me mataron en vida, dale libertad a mi alma
¡Que de sufrir ya no vivirá!.
Libera mi espíritu, la energía reprimida,
permite que vuele libre o ande en las verdes
hierbas de la primavera.
Dame la libertad, aquella que desde nacida me
robo la sociedad, envuelta en maltrato a
mi persona ¡que me han logrado lastimar!.
Dame libertad, que la sociedad en vida me
robo el último suspiro, mátame que solo
necesito mis ojos cerrar ¡para sentir el gran alivio!.
Ruth García