Desterrado de mi antigua vida,
condenado a buscar una nueva realidad,
dentro de mí las variantes son infinitas,
en el exterior se reducen a muy pocas.
El canto celestial de medianoche,
la hora en que más puedo pensar,
y pedir sabiduría a la madre naturaleza,
para crear mi nueva realidad.
Caminar en el vacío espacial,
cada astro es solo otro escenario,
en mi mundo nada tiene final,
viajero sin límites después del ocaso,
esclavo encadenado pasado el alba.
La tétrica melodía de mi realidad,
acecha en cada esquina,
Aguardando para amedrentarme,
sin vida observo a mí alrededor,
despojos de mi yo verdadero.
Otra vez estaré en brazos de la soledad,
vivir para soñar con el amor de verdad,
perecer para dejar de pensar en el dolor,
existo para agonizar cada maldito día,
y muero en manos del arrepentimiento.