Una mujer quiere ser feliz
Con voz callada y gestos armoniosos, conocí una mujer, ella era de lejos y muy cerca la vi. El tic tác de mi corazón así me lo hizo sentir.
Ella tiembla con la esperanza, una y otra vez, sólo con el deseo de un amor bien conocer, con las brisas, que le causa el ayer.
Ella muestra su alma y la da a conocer, deja su corazón vulnerable para que un amor lo pueda recoger y juntarlo con él.
¡Ay luna! ¡Ay estrellas! ¡Ay amor! ¡Ay pasión! es espejo del campo y flores enredadas en sus pies.
Ella se mueve como las hojas movidas por un viento de abril, sintiendo una ausencia profunda de ese amor que la hace feliz.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz