Habitas mi piel todas las noches...
Habitas mi cuerpo en noches inquietas
de sueños y de pasiones entre amores,
bebiendo de mis entrañas todos tus sueños
y recorres todo mi cuerpo con tus besos
despertando mis deseos cuando te prendes
de mis pechos disfrutando de las mieles que te hacen feliz,
y de todo mi cuerpo porque me habitas todas las noches.
Siempre vuelves a hurtadillas porque te quedan ganas
de mí y me buscas para enredarte en mi piel y bajar por mi cadera
con tus ganas de juntar tus piernas con mis piernas y abrazamos el deseo
en el acomodo de tus deseos y los míos despertando la pasión,
que siempre conquista mis ganas de ti, porque sabes qué me habitas...
No dejas espacios vacíos todo lo llenas con tu mi alma y bajo mi piel
vas dejando tu huella para que no te sea infiel y todos sepan que eres
de mis amores sueño, ...no he de buscar por ahí; pues tú me vives completa
de los pies a la cabeza y me llevas a arder en llamas que no se apagan
y nos incendiamos, haces brotar de mi fuente la humedad que te contenta
y me contenta y a veces creo qué confesarme no alcanza penitencia
amarte y desearte de este modo siempre será pecado delante de Dios,
me habitas toda desde el alma, la carne y hasta la vida que vida me das,
porque no dejas espacios vacíos, todo lo llenas de ti y satisfecha te vivo
dentro de mí, te adueñas de mi piel y me tomas como lienzo de pintor
y pintas tus manos sobre mi cuerpo y dejas tus huellas de poeta y pintor.
Hay una pasión desenfrenada entre tu cuerpo y mi cuerpo corre un río por
donde te habito y me habitas, muy dentro somos uno, teniéndonos, sintiéndonos,
Porque siempre tenemos ganas de amarnos y vivirnos y no dejar espacio para nadie más.
Este amor es desesperado y despierta pasiones quemándonos la piel y sentir arder
los huesos entre tu cuerpo y mi cuerpo dispuestos a no apagar esa llama que como vela
se derrite de amor, porque no dejaremos morir en un “te amo” y un “te quiero”
amándonos y teniéndonos así porque habitas mi cuerpo, mi alma y mi espíritu.
y renacemos cada noche, tú en mí y yo en ti, prometiéndonos no dejar morir este amor.
Me habitas desde la vida hasta la muerte, porque somos etéreos en el universo.
Alicia Pérez Hernández...México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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