Hoy me encuentro otra vez
con la imagen del pensador,
midiendo atentamente
el infinito que separa mis pies,
buscándome hacia adentro,
un buen destino,
explorando mil caminos
llenos de veredas, sin atajos;
entre los que pueda hallar
coincidencias con tu alma
también poblada de caminos;
algunos francos a mi paso de viajero,
otros que se cierran y me atrapan
y algunos más que has vedado
a mi paso peregrino,
para hacerme respetar
los santuarios de tu dicha y tu dolor,
al igual que tú
has caminado por mi alma,
evitando profanar
los secretos de mi corazón.