El día que Dios forjo su pincel.
Cuando se elevó de su trono.
En la eternidad se guardó silencio.
Los ángeles estaban en admiración.
Las estrellas brillaban más.
El viento cantaba un canto
Las rosas se postraron
La Luna y el Sol,
guardaron silencio.
El océano hizo bonanza.
Tomo la seda e hizo tu cabello, que ahora es tu corona.
Puso las dos estrellas mas hermosas en tu rostro.
La rosa del cielo dio su color para pintar tus labios.
Tus senos formados por las manos de Dios.
Tu garganta, morada de una voz celestial.
Pinto tu piel con su pincel
Pincel que ahora lleva tu nombre.
Nombre que no me atrevo a pronunciar.
Le tomo una eternidad para creerte.
Tu canción hizo eco en la eternidad.
Él y solo él te soplo aliento de vida en ti.
Eres un regalo para este mundo.
Hermosa, bella.
Eres sin igual.
No hay nadie a tu semejanza.