Verano Brisas

CASANDRA HOY

Ese paisaje movedizo

castigado por los vientos,

las lluvias, el sol y los seísmos,

que surge y sobrecoge en la cresta de sus olas.

Ese mito indestructible de larga ancianidad

e inestable arquitectura,

no tendrá tesoros ni leyendas sumergidas.

 

Las fauces de su líquida anatomía

que se tragaron barcos, hombres y ciudades,

cesarán pronto la orgía de centurias y milenios.

 

Pero no es suya la culpa:

Las constantes depredaciones humanas,

practicadas sin control durante siglos,

le inclinaron su bulimia por las cosas de la tierra

hasta el límite mortal de una gula solitaria.

 

Sus costas y altamares, expuestas al pillaje

por la caterva intonsa de vesánicos piratas,

serán mañana escombros de ruinas gigantescas;

no habrá siquiera sitio para escribir un verso.

 

Las galeras trirremes, los rápidos veleros,

los buques nucleares y rompehielos atómicos

vagarán por rutas áridas, agónicas y espesas,

en busca de islas muertas, tristes y abandonadas.

 

Y todos los marinos

amantes de un paisaje que fue azul,

nos hallaremos solos hundiendo nuestras manos

en la colada inmunda de un mar que ya no es mar.