Nocturno VI
Para un Ángel Caído
A la noche le pregunté su paradero
y ella no ha ofrecido respuestas
justo cuando se despide el ocaso
tras los cristales de esta ventana
o cuando me visto de noche
y mi mirada lo busca en el cielo de mi cuarto
y sólo me evoca su tímida mirada
que me trae constantemente los recuerdos del día
allí justamente aparece
volando su sombra sobre estas paredes
como ángel en sacramental penitencia
que espera la mirada de un ángel caído.
Amigo mío, ¿Por qué no se quita la sotana?
y esta vez le doy permiso para que me observe más de cerca
no todo el tiempo se puede ser un Santo
y a veces es bueno vigilar…
si se ha escapado del cielo,
descuide, que en un rato puede volver a subir,
no todo el tiempo se puede ser un santo
y a veces es bueno fingir.
Quítese las alas que yo ya me he quitado las mías
desabróchese la camisa y poco a poco desalójese de sus oraciones
para que al final acepte que es un ángel caído
únase a mí y juntos cantémosle a la noche
porque todos por muy inocente que parezcamos
no podemos ocultar nuestra bestialidad.
Le concedo el permiso para que me observe más de cerca
que yo también le observaré con sigilo
y tal vez en el proceso me enseñe a rezar
y tal vez en el proceso me enseñe a querer
y si me convence de volver a ser un ángel
es porque ya me he aferrado a usted.
Pero yo más bien soy terrenal
y ya he aceptado mi humanidad
he aceptado ser un ángel que se ha escapado del cielo
Pero tenga cuidado amigo mío
y estas miradas se cruzan más de lo habitual
ya que nos podemos quemar
y hasta podemos llegar a pecar…
Jaybert Jurlian Escalona