Es preciso que recojas el mensaje
que, el nordeste, te regala con la brisa;
él te dice que tus pasos continúen,
que prosigas avanzando al infinito
y que debes defenderte en esa lucha.
Para ello nunca vuelvas la mirada,
no remuevas las cenizas esparcidas,
ni te inclines a buscar unas marchitas amapolas
que quedaron por el suelo.
Es preciso que te enfrentes al destino
y que empuñes bien los remos de tu barca,
porque, cerca, el temporal está al acecho
y te aguardan sus zarpazos criminales.
Para ello recupera tus latidos y no dudes
de luchar por lo que quieres.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/18