Estos son mis últimos días aquí
y no puedo reconocerme
sin dejar de pensar en ti.
Las olas rompen al mar
y a lo lejos vemos
un triste mirar.
El tiempo
me deja la prosa mágica
sin dudar que aún debo viento.
Hay cansancio en el mar
pero no eres tú
¡Son los versos que regalo a tu andar!
Mira luna
quien anda en tu duna
es tu sombra la que deja la duda.
Está vez no pudo ser y no es por mi ser,
no hay eternidad que peque de verdad
y aún puedo reconocer tu oscuro ser.
Quiero tu llorar
y un beso lento
sin derogar.
Abrázame en la humildad del destino lleno de soledad
y qué tal oscuridad pueda descubrir
la digna dicha que es la felicidad.