Un día mientras dormía, la razón le pidió un consejo al sentimiento:
Razón: ¿Debería sentir amor?
El sentimiento escuchó atento y contesto:
Sentimiento: ¿Deberías?...
Yo no creo, porque al ser tu la razón,
debes ser tú la última defensa ante el abuso,
porque si no, yo el sentimiento,
podría perderme en océano del apego
y entonces quién defendería nuestra integridad,
nuestra dignidad, nuestro amor propio,
quién diría NO en el momento adecuado,
quién diría ¡BASTA YA! cuando la soledad,
la agresión y la tristeza son el único resultado
después de “lo que algunos consideran es amar”.
Por eso, debes regir tu existencia con base en la lógica
y no sentir amor, ya que al hacerlo nos pones en riesgo.
La razón reflexionó respecto a lo que el sentimiento le
dijo, y así llegaron a un acuerdo.
“ El sentimiento amaría con la mente y la razón pensaría con el corazón”.