Tenue humo de los sueños
que cobra vida en la brisa
vive danzando en el viento
y se nos muere deprisa.
Corta vida en la hoguera del amor
tuvo el leño seco que fue mi ser;
larga flama la agonía,
corta chispa la alegría,
lento volar de cenizas, el olvido.
Como a un cigarrillo
entre sus labios
absorbió de mí
toda energía,
y a cada succión
más vivamente ardía,
como rapé al fuego, mi corazón;
mientras exhalaba por la boca
el tenue humo
de los sueños de mi vida.
De mi cuerpo
solo dejó blancas cenizas;
de mi vida la colilla,
dio con la muerte
en el cenicero,
y mi amarillo recuerdo,
arraigado entre sus dientes
y en sus dedos,
se deslíe lentamente
al golpe húmedo
de sus nuevos besos...