Me gusta despertar temprano
cuando la oscuridad todo lo envuelve.
Me gusta ir descubriendo
siluetas geométricas y los volúmenes.
Me gusta ver la transformación de los grises
en un ligero despertar de los colores.
Me gusta el brillo solar
que anima el renacer de lo existente.
Me gusta mirar el trasfondo de las miradas,
las ventanas del alma de las gentes.
Me gusta ver como se construye,
cómo se sueña, cómo se vuela.
Cómo la alegría se humedece de lágrimas y
la tristeza acerca a los que se aman.
Me gusta ver más allá de las nubes,
la estrella del abuelo,
la galaxia de mi madre,
la luna de mi adolescencia.
Me gusta mirar fotografías y
me gusta mucho el cine
pero más me gusta mirar mis sueños.
Me gusta la estética de los cuerpos
y de los rostros.
Me gustan las arrugas profundas y
las manos trabajadas.
Me gusta el perfil de las personas y
su andar a algún destino.
Me gusta reconocer las intenciones
que cada etapa de la vida impone.
Me gusta tanto la timidez como la altivez,
la mirada que busca conquistar
como la que pretende disimular.
Me gustan todo tipos de retoños,
como me gustan los niños
que retozan en el campo en su corcel de madera y
luchan con una espada de caña.
Me gusta ver cantar,
ver bailar,
ver reír,
ver llorar de alegría.
Me gusta ver en la gente
como buscan en sus recuerdos
Me gusta como la gente mira que la miro.
Me gusta mirar y de mirar nunca me canso.