¿Callejones?
Calles,
enceradas de calma.
Liviana el alma,
sobre la cama.
Y la rama
que me llama
desde
la montaña
cada mañana,
hermana
intacta,
ama lejana,
humana
sobrehumana.
El alma aliviada,
y su silencio de guardia.
Y su mirada de otro día.
Almavida.
Almañana.
Almadre.
Ciudad limpia,
impía.
Tranvía
sin vía;
cuando llovía
nada dolía.
¿Qué podría?
— Nada todavía.
— Todo algún día.