Patricia Aznar Laffont

Noche aciaga

 

 

Hondamente y en peligrosa angustia,

los cántaros de agua enlodada de mis ayeres

fugitivos

se trocan en palabras…

 

(bálsamo suave en dulce catarsis).

 

Me susurran asesinas o  

como furtivo canto

melodioso

de Arcángeles.

 

Se ocultan en la Nave del Olvido

que nunca naufraga en

las orillas de arena reseca

de las orillas confusas de mis playas…

 

Es el círculo mágico

e incandescente

del Zodíaco, que reniega

de los interrogantes e incógnitas

que vulneran sin piedad,

mi alma de oscuro luto.

 

Los rincones de mi casa solitaria

se duermen en un nuevo ocaso,

indiferentes, silenciosos…

 

Mientras, deambulo

por los laberintos

de los Recuerdos que no se apagan…

 

 distante y somnolienta,

como

fugaz fantasma…

 

Surge ya la mena

de las Rocas tenaces y necias

en el hechizo profundo,

de esta nueva Noche Aciaga…