Silencio... qué ruidoso es, nunca se calla, nunca deja de sonar,
tanto que en la soledad
aún más fuerte se escucha,
parece que ha guardado todas las palabras
para reproducirlas cuando no quiero escuchar.
Mediante la bulla
se proclama el silencio,
en cada espacio que callo
comienza a hablar.
El sordo ha escuchado
todo lo que el mudo le gritó.
En el silencio,
todas las palabras, y las más bellas voces
desgarran el oído de quien incluso,
no las oyen;
como el sordo que por fin escucha
al mudo hablando fuertemente
el lenguaje más escandaloso
el que nunca cesa
el que siempre suena,
el que atormenta mi estadía perpetua
en melancolía y soledad:
El silencio.