Al borde del silencio dudo de la existencia de un Dios,
en la penumbra de mi ventana oscura aparece un ángel dorado,
en mi pupila derecha se dibuja un bosque exterminado,
negro, manchado, derrotado y triste;
pienso con rabia en alta voz,
siento que Dios nos abandonado.
Miro la Naturaleza cruzarse por mis ojos
y exclamo, detrás de ti hay un Dios mágico.
Dios pregunta a la Naturaleza, te sientes bien como estás,
La Naturaleza contesta, me duele el alma, no sé, si eso es bueno.
Dios, Naturaleza me podrías decir quién eres tú
La Naturaleza, soy una hembra, una reina, una flor perfumada, el verde eterno, la madre de todos. Soy la fuente de la vida y el amor, el corazón, el alma de los desesperados, soy externa e interna. Si acaso te has olvidado, soy la novia de la creación y el reflejo de tus pasiones, sentimientos y pensamientos. Soy la causa del pecado terrenal y el todo del mundo.
El Viento seca mis lágrimas, el agua lava el negro de mis ojos,
la tierra cubre mi brillo y vergüenza.
Dios, hay alguien que crea en ti, o solamente en ti.
La Naturaleza, muchos hombres solo creen en mí, algunos creen en ti y en mí y otros creen sólo en ti, los últimos son los que me mancillan, pisotean y destruyen.
Dios pregunta: algún día has dudado de mí
la Naturaleza responde: hay días que me siento abandonada, me dan ganas de sacudirme con fuerza y quitarme al hombre de encima; hay días que el sol
me lastima e irrita; si tú Dios estás detrás de eso, retírate por favor, que me hieres y me quemas con tus destellos.
Dios, si te concedo un deseo, qué quieres de mí!
La Naturaleza, si quieres cumplirme un deseo, dejadme que yo decida, quién es digno o quién no es digno; a la larga soy yo la que sufre y carga los pecados más grandes y oscuros del mundo.
Dios, te sientes importante o crees que el hombre te ha superado, él cree haberte dominado, hasta se atreve a pintarte sin preguntarte, y cree robarte el arco iris en los colores que caen de sus pinceles o cristales; e intenta robarte tu energía, cada vez que piensa en ti.
La Naturaleza, el hombre crea que ha ganado, más yo sé qué un suspiro mío caliente o frio rompe todo lo mal construido y borra lo indigno y vano; en segundos todo se vuelve opaco, gris, desolado. Esa soy yo cuando me enojo.
Dios, son los hombres ancestrales, tus hombres preferidos, o prefieres a la mujer y niños, o te llenan entera las aves de formas y los animales fantásticos salidos de mi paraíso.
La Naturaleza, el dialogo con el hombre, las aves y los animales, es la garantía de nuestra subsistencia. El saludo a la vida y a la existencia es nuestro común necesario, su sueño de libertad en mi regazo son el mañana fuera y dentro de tu paraíso, Mujer, me gusta la idea o la ilusión de que somos hermanas, madre e hijos o la familia sagrada entera.
Dios, si te digo que yo te cree, vives gracias a mí, aunque acepto que eres una Diosa, tienes atribución y eres autónoma de mí, me necesitas!.
La Naturaleza, tú eres Dios yo soy Diosa, en tu paraíso hay ángeles y almas, en mi paraísos hay Dioses y espíritus, déjame seguir creando a mi manera y vivir como yo quiero y deseo.
Dios, Por qué el hombre me implora cuando tú te estas destruyendo, en lugar de reflexionar o preguntarte porque estás enojada, o si necesitas ayuda o un Dios extra a tu lado.
La Naturaleza, el hombre se ha olvidado que yo decido si la vida continua o no.
Me pregunto, porqué la gente se pone a filosofar cuando ven nacer o morir el sol, y no se caen de pena o ira, cuando destruyen mis árboles, manchan mis aguas y contaminan el aire: La gente se complica la vida buscando las diferencias entre la vida y la muerte, cuando a la larga son lo mismo. No les preocupa mi destrucción, a pesar que sin mí, no se puede vivir o existir. Dios solo tú sabes quién verdaderamente soy, el hombre puede esperar un millón de años, que no cambiaré ha pedido o deseos, sino cuando yo crea necesario o me haya cansado de ser la misma.
Soy la madre del primer ser y seré la madre del último ser
Por Walter Trujillo Moreno, Septiembre 2017