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**~La Piedra del Cayo Rojo - Cuento Corto~**

Había una vez un Cayo Rojo en las afueras de una isla llamada Tutiplé. En ese Cayo Rojo vivía un joven llamado José de la Vena. Cuando se dispone a salir de su hogar se encuentra fuera de su hogar una piedra majestuosa llamada “La Piedra del Cayo Rojo”. Cuando se dispone a salir, a él no se le ocurre tomarla entre sus manos y saber qué era. Cuando regresa de sus labores como carpintero, decide tomar la piedra y nota algo extraño en la isla Tutiplé. Y el joven toma la piedra, y la arranca del suelo, vé y nota un cambio en la isla llamada Tutiplé. Y es una mansión su hogar, ahora, después de ser arrancada la piedra preciosa de la tierra. El joven aturdido entra a la mansión y vé todo desde una perspectiva de asombro, ahora, era rico. En la isla de Tutiplé. Él, camina en los alrededores y nota que existe otra piedra más pequeña al fondo de su nuevo hogar y es en la parte de atrás y vá y la arranca. Y vuelve a ser todo original y como era antes. El joven nunca había visto esas piedras en su hogar, pero, ahora le gustaba cuando quisiera ser rico sólo arrancaba la piedra del frente de su hogar y yá listo y cuando quisiera regresar a lo normal arrancaba la piedra de detrás. Él, estaba muy contento con todo y con su isla llamada Tutiplé. Pero, le faltaba algo, vivió, muchos años así, como la costumbre de ser así. Arrancando la piedra y ver que la isla se convertía en algo más hermoso. De repente, un hombre le pregunta: -“¿qué haces arrancando la piedra del cayo rojo del suelo?”-. Y él no le contesta nada, quiso guardar el secreto y salió corriendo para su hogar. Cuando José de la Vena, vió bien la piedra de enfrente, se estaba poniendo un poco de color rojo y la de atrás también. Cuando se percata que sus ojos yá estaban detenidos por la fuerza de gravedad para poder ver la casa como mansión. No hubo tiempo de regreso, se quedaron sus ojos viendo la mansión y fue dichoso y feliz. Pero, le faltaba algo: un amor. El cual le resultó muy difícil de conseguir y todo porque se había queda ciego. Cuando arrancó la piedra notó que era un rubí. Y el señor que le había preguntado antes, le dijo…-”guárdalas bien a las dos piedras de tu hogar la de enfrente y la de atrás y serás muy rico si sabes cómo ser rico con ellas”-.Y siguió el señor hablándole, -“Yo también viví ahí y ví la mansión hermosa y bella, exacta, ahora puedo verlo todo y sólo me queda el recuerdo de haber vivido aquí”. Y Jośe de la Vena le pregunta, -“¿Y, fuiste muy rico?”-. No, las devolví a la tierra donde se había creado y tú la arrancaste como yo una vez. Y el joven le pregunta, -“¿Y, ahora qué?”-. Pues a tí te toca ser rico o entregarlas como yo. -“¿Qué harás con ellas?”-, le pregunta el señor. Y el joven le dice, -“como no tengo vista ahora, seré el más humilde de todos, las venderé y así nadie tendrá que pasar por ésto más y quedarse ciego y todo ha de desaparecer…”-, cuando vá y las vende, le pagan hasta el doble de lo que valían y fue muy rico José de la Vena. Y, encontró el amor, y se casó y fue muy feliz. Pero, cuando miró por la ventana, otra vez, la piedra del Cayo Rojo, estaba allí, una enfrente y otra atrás. Cuando salió el señor, le dijo, -“fue un ciego el que te las compró por el doble valor, ¿verdad?”-, y José de la Vena, responde, -“¡sí!”-. Y el señor le dice: -“ése señor fui yo”.
                 

 

FIN