Había una vez una cueva solitaria y en la fantasía una grito en ella. Un joven decide navegar por la orilla del lago azul llamado El Cofre Azul. Cuando se da cuenta que en ella, en la cueva, había un tormento de voces que asustan. Cuando en el amanecer se petrifica más su desencanto en grito salvaje. De la joven llamada Neufuoa, la cual, cuando era niña se ahogó en el lago azul el Cofre Azul. Por voluntad del divino creador, algo o alguien la salvó de morir ahogada en dicho lago azul. Entonces, cada vez, que entra un joven a nadar o navegar en dicho lago azul escucha el grito ensordecedor de la niña Neufuoa. El joven llamado Artemio, se adentra a navegar por el lago azul. Cuando de repente escucha el grito de Neufuoa. Y le pregunta:
-“¿ Quién eres, qué gritas, cada vez que toco de tus aguas el manantial del lago azul del cofre azul…”-,
La cueva calló, lo que debió de callar, hace mucho tiempo…
Y el joven le vuelve a preguntar:
-“¿Por qué gritas aquí, sola y solitaria en esta cueva en desolación…?”-,
Hubo un relámpago y un triste desenlace. Hubo una marejada, y una ola inmensa que llegó y volteó su canoa y el joven también se ahogó y todo entristeció.
Entonces, el joven también sobrevive de esa inmensa y gigantesca ola. Y se debió de enfrentar a unas horas casi inertes como aquella joven llamada Neufoa que quería salir de allí y no encontraba cómo. Entonces, el joven que era muy inteligente la ayudó a salir de esa cueva y con ese grito que atormentaba.
Y cuando ella logró salir de la cueva. Neufuoa yá era libre de la cueva y ahora el grito era el de él. Llega otro joven a navegar por el lago azul del Cofre Azul en la cueva y escucha el grito. Entonces, ocurre lo mismo, en aquel mismo instante cuando decide ahogar al joven nuevo en el lago azul. Y sale él, Artemio, pero, los dos, tanto Neufuoa y Artemio dejan una huella a seguir y fue y siempre será que el que se ahogue en el lago azul será y siempre será el rey del grito en la cueva.
FIN