Con nostalgia y amor la recuerdo
con sus paredes de adobe y pizarra
con sus tejados que se caen de viejos
las calles son veredas llenas de hierbas
de lo que fue solo queda el reflejo
cuantas pisadas se han borrado
se han secado muchas lágrimas
cuantos recuerdos se han enterrado
las puertas de madera vieja
parece que te llaman e invitan
a la soledad de la casa
hay un perro viejo que dormita
tomando el sol de enero está la gata
una parra vieja se retuerce
pálida y sin hojas en sus ramas
una pobre vieja cose casi a tientas
una vieja camisa remendada
parece que nada tiene prisa
parece que aquí el tiempo se para
me acerqué despacio a la puerta de la casa
¡ Buenos días abuela ! Alzó los ojos
blancos, debajo de las cejas
¡ Buenos días tenga usted señor!
¿ Busca usted a alguien ?
Aquí solo vivimos mi marido y yo
los demás han muerto o se han marchado
¡ Cualquier día de estos nos vamos los dos !
Pase pa adentro, si quiere algo de beber
solo tengo agua, pero es buena mire usted
para no despreciarla bebí un poco
¡ Muchas gracias buena mujer !
Me senté en un viejo corcho ,cerca de la tiznada pared
y hablamos de muchas cosas, con paciencia la escuché
y sentí pena y alegría ala vez, mientras me contaba
tantas penas , trabajos duros desde la niñez
los hijos que perdió en la guerra
y una hija pequeña que murió de sarampión
¡ Cuanta fatiga hay en su mirada !
¡ Cuanto dolor guarda en su corazón !
Vi como temblaban sus manos arrugadas
¡Bendita paz le de Dios, por esa bondad
que hay en su alma ! Suena en el aire una oración
Se oyen pasos en la entrada
es su marido que llega, con el borrico y un viejo serón
cuatro coles, unos ajos y algunas acelgas
que el pobre viejo me ofrecía con amor
y echamos un buen rato, en aquel bendito rincón
donde el tiempo se detiene, no hay prisa
ni siquiera hay reloj, una vida humilde y sencilla
despacio me levante de aquella antigüa silla
y me despedí de ellos con pena
puse un beso en la frente de la anciana
y su marido cogiendo mi mano me dio
un fuerte apretón, era el corazón lo que daba
caminé cuesta abajo meditando pensativo
mientras unas lágrimas se me caían
¡ Cuanta humildad, cuantos sentimientos y dolor !
Guardamos en la vida y con que poco se conforman
tantas almas tan queridas, ¡ Aún existe el amor !
miré atrás y vi a los abuelos diecíendo adíos
seguro que si otro año paso por aquí
estará la puerta cerrada, se habrá ido a dormir...
Me fuí con pesar de la vieja aldea
algo me he dejado allí, seguí la estrecha vereda
las casas casi caídas, los hundidos techos de tejas
las paredes de adobes y pizarra
y el recuerdo de aquel viejo y su vieja....