ADANS BECMAN

RECUERDO AQUELLA ALDEA....

Con nostalgia y amor la recuerdo

con sus paredes de adobe y pizarra

con sus tejados que se caen de viejos

las calles son veredas llenas de hierbas

de lo que fue solo queda el reflejo

cuantas pisadas se han borrado

se han secado muchas lágrimas

cuantos recuerdos se han enterrado

las puertas de madera vieja

parece que te llaman e invitan

a la soledad de la casa

hay un perro viejo que dormita

tomando el sol de enero está la gata

una parra vieja se retuerce

pálida y sin hojas en sus ramas

una pobre vieja cose casi a tientas

una vieja camisa remendada

parece que nada tiene prisa

parece que aquí el tiempo se para

me acerqué despacio a la puerta de la casa

¡ Buenos días abuela ! Alzó los ojos

blancos, debajo de las cejas

¡ Buenos días tenga usted señor!

¿ Busca usted a alguien ?

Aquí solo vivimos mi marido y yo

los demás han muerto o se han marchado

¡ Cualquier día de estos nos vamos los dos !

Pase pa adentro, si quiere algo de beber

solo tengo agua, pero es buena mire usted

para no despreciarla bebí un poco

¡ Muchas gracias buena mujer !

Me senté en un viejo corcho ,cerca de la tiznada pared

y hablamos de muchas cosas, con paciencia la escuché

y sentí pena y alegría ala vez, mientras me contaba

tantas penas , trabajos duros desde la niñez

los hijos que perdió en la guerra

y una hija pequeña que murió de sarampión

¡ Cuanta fatiga hay en su mirada !

¡ Cuanto dolor guarda en su corazón  !

Vi como temblaban sus manos arrugadas

¡Bendita paz le de Dios, por esa bondad

que hay en su alma ! Suena en el aire una oración

Se oyen pasos en la entrada

es su marido que llega, con el borrico y un viejo serón

cuatro coles, unos ajos y algunas acelgas

que el pobre viejo me ofrecía con amor

y echamos un buen rato, en aquel bendito rincón

donde el tiempo se detiene, no hay prisa

ni siquiera hay reloj, una vida humilde y sencilla

despacio me levante de aquella antigüa silla

y me despedí de ellos con pena

puse un beso en la frente de la anciana

y su marido cogiendo mi mano me dio

un fuerte apretón, era el corazón lo que daba

caminé cuesta abajo meditando pensativo

mientras unas lágrimas se me caían

¡ Cuanta humildad, cuantos sentimientos y dolor !

Guardamos en la vida y con que poco se conforman

tantas almas tan queridas,  ¡ Aún existe el amor !

miré atrás y vi a los abuelos diecíendo adíos

seguro que si otro año paso por aquí

estará la puerta cerrada, se habrá ido a dormir...

 

Me fuí con pesar de la vieja aldea

algo me he dejado allí, seguí la estrecha vereda

las casas casi caídas, los hundidos techos de tejas

las paredes de adobes y pizarra

y el recuerdo de aquel viejo y su vieja....