Con tu nariz de Pinocho, herido
en una huelga y muerto completamente,
eres como un libro perezoso, mayormente
(digo yo) un fantasma desconocido.
¿Naciste desnudo en un nido?
¿Quién te ha elegido democráticamente?
Yo pongo el esfuerzo y tú, silenciosamente
deshaces (por tus malas, mi corazón nacido).
Tuyo es el poder, tuya es la Muerte,
disecado para probar todo veneno,
libre de todo asesinato pacífico.
¡¡Todo mi trabajo echado a tu suerte,
todos mis dados para tu cerebro sereno,
todo sin más para el extranjero crítico!!
NACHO REY