Estoy…
Cautiva en deseos que irradian querer,
Esposada entre el engaño e ilusión,
Escuchando el hermoso tambor,
Que suena muy fuerte en tu corazón,
Entrelazada en tu querer,
Me niego escapar de esta prisión,
Que sabe más dulce que la miel,
Y llena de azúcar mi tazón.
Prendes la llama que hay en mí,
Calienta el agua de mi ser,
Que en forma salina desprende de mí,
Sudores que firman la pasión…
Deslizas tus manos sobre mí,
Dibujas un mapa a perfección,
Buscando el tesoro que hay ahí,
Entre la mente y corazón.
Eres mi maestro del amor,
Sigo aprendiendo más de ti,
Quitando a poco el pudor,
Que me impedía recibir.
Nunca tanto recibí…
Nunca tanto explosione.
No era consiente que en mí,
Había un diluvio de pasión.
Todo inicio, tiene fin,
Todo que viene, también se ira,
Mas lo que has plantado en mí,
Son semillas de amor….
Que florecerá.
Gracias.