Yo he visto una luz.
La nada me hablaba de ti,
el corazón huía desarmado
hacia la protesta de mi desobediencia.
Calmado en un oasis de leones,
¡¡yo quería gritarte!!
yo quería quedarme con tus entrañas,
cambiarlas por mi propias entrañas...
Yo, he visto una luz,
Se balanceaba por el silencio
de mis miedos.
Yo, conozco un cielo
aquí en la tierra, una luz infinita,
unos labios verdaderos.
Quisiera quedarme sin pecho,
quisiera que en mi cuerpo,
cada mañana a la alborada,
entrara desbordante tú cuerpo.
En un lugar lleno, las llagas
de tus sueños absorbian
todos mis miedos.
Allí tus rezos se hacían
el eco de mis ruegos.
Yo, he visto una luz,
un candil perecedero
un rayo poderoso
un inmenso trueno.
Una mano suave como el lienzo
¡¡Te he visto!!
Te he visto y me has mirado.
Hoy se que soy eterno...