Solo me queda
la mitad de tu ausencia,
puesto que la otra mitad se compensa
con las cosas que dejaste.
Tu rostro a media luz
y tu cabello a media sombra;
medio millón de besos
guardados en un cajón,
y el retrato de tu corazón
en un cuadro en blanco.
De tu amor nada ha quedado;
puesto que nada es la mitad,
del amor que me has dado.
De lo que soy realmente rico
es de la lástima, con la que siempre me has mirado