Francisco Castro Guerra

En el bosque de sueños

EN EL BOSQUE DE SUEÑOS

Porque de la materia de la vida se hacen los sueños,

en lo onírico está la vida real, entonces, latiendo,

realismo mágico como el que urdía Gabo,

Macondo está tan dentro de todos como 

ese corazón que nos late sin detenerse.

 

En mis sueños ladran perros negros como la noche,

bajo el cinturón de Orión sus fauces me buscan,

quieren devorar mi centro de gravedad, caigo,

caigo ante las puertas de la vigilia con su aliento,

con su aliento de azufre en mi nuca sudorosa.

 

La mañana es entonces un falso bálsamo,

el ungüento de Fierabrás en la espalda del hidalgo,

Quijano no es mi apellido pero también lucho,

también lucho contra gigantes de largos brazos.

 

En un mundo onírico de orates en duermevela,

en ese universo errando voy como ellos,

porque de tanto velar armas en tantas noches

el juicio se torna mágico sueño entre los bosques;

los perros ladran de nuevo, su ojos rojos,

el destello de sus fauces, su aliento fétido

y la noche dicen que sueño, pero estoy despierto.

 

©️FRANCISCO CASTRO (2018)